Meditación.
¿Quiere Jesús que sus discípulos y apóstoles sean perseguidos?
Recientemente, la agencia de noticias católica Zenit, ha publicado varias noticias referentes a las persecuciones que muchos cristianos están viviendo en diferentes países. Al recordar cómo los primeros cristianos eran cruelmente asesinados en el Coliseo romano, y las diferentes persecuciones a que millones de cristianos se han visto sometidos desde que se inició la persecución contra los miembros de la primitiva Iglesia de Jerusalén, nos preguntamos:
¿Por qué permite Dios que los seguidores de su Hijo sean exterminados?
Es creíble el hecho de que existan hombres carentes de escrúpulos que sean capaces de asesinar a sus familiares, pero este hecho, no es comprensible en Dios desde el punto de vista de mucha gente, si le decimos que Nuestro Padre común es perfecto. Ciertamente hacemos bien en creer que Nuestro Criador es todopoderoso, pero hemos de tener presente que si él puede hacer que un círculo sea cuadrado, no podrá decir que lo que antes era un círculo sigue siendo redondo, así pues, si el amor de Dios es perfecto, ¿por qué permite Nuestro Padre común el martirio de sus hijos?
Lamentablemente son demasiados los colectivos sociales que rechazan de alguna forma a quienes no comparten sus planteamientos, por consiguiente, un ejemplo de ello, lo constituye el hecho de las dificultades que nos suponen a muchos cristianos, miembros de diferentes denominaciones, la posibilidad de comunicarnos con cristianos, que no comparten plenamente nuestras creencias, ora porque nuestra mente es muy cerrada para comprender que su ideología es diferente a la nuestra y que no podemos hacerlos hijos de la Iglesia en un santiamén, ora porque ellos, para contarnos entre sus hermanos de fe, nos exigen que aceptemos sus creencias, sin plantearnos ninguna cuestión que haga posible nuestra plena acogida de su forma de pensar.
Cuando Jesús envió a sus más fieles seguidores a predicar el Evangelio, les dijo las palabras que leemos en MT. 10, 23. Muchos investigadores sostienen la idea de que Jesús creía que el Reino de Dios se establecería plenamente a partir del acontecimiento de su Resurrección. Si consideramos esta hipótesis como cierta, podemos interpretar el anterior versículo de San Mateo pensando que Jesús les dijo a sus más fieles seguidores que huyeran de sus perseguidores y que no se desanimaran cuando su fe fuese desprestigiada, pues esa difícil situación no sería prolongada por un espacio de tiempo muy largo, pero quienes creemos que Jesús ignoraba el tiempo en que iba a venir nuevamente a encontrarse con nosotros, pensamos que el Mesías les dijo a sus seguidores en el citado versículo de dicho autor:
"No deseo que padezcáis por mi causa, pero, de la misma forma que yo seré asesinado por causa de mi afán de cumplir la voluntad de Dios, vosotros también permitiréis que os arranquen la vida, con la esperanza de que vuestro sacrificio aliente la fe de vuestros hermanos."
Recordemos, pues, cómo animaba San Pedro a los lectores de sus Cartas para que no desfallecieran cuando tuvieran que ser perseguidos por causa de su fe (1 PE. 4, 12-16).
joseportilloperez@gmail.com
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