Meditación.
3. La fortaleza de Jesús.
Meditación de LC. 4, 21-30.
"1. El pasado sábado 31 de agosto, meditábamos sobre cómo hemos de empezar un nuevo ciclo laboral con fuerzas y ganas renovadas. Os dije hace dos días que hemos de dejarnos inspirar por el Espíritu Santo, para así triunfar en las diversas actividades que vamos a llevar a cabo durante el ciclo formativo y laboral 2002-2003, así pues, a este respecto, es bueno que meditemos el pasaje de San Lucas que la Iglesia nos propone en esta ocasión, para que conozcamos mejor a Jesús, pues, si conocemos al Mesías, el citado texto nos ayudará a fortalecer nuestra fe.
2. "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido".
¿Somos conscientes de haber sido bautizados en el fuego del Paráclito, fuego de amor, que no quema, pero sí transforma nuestra vida?
¿Qué podríais decirme en este momento en que estáis leyendo este mensaje electrónico, si os preguntara cuál es la razón por la que sentís que el Espíritu actúa por vuestro medio?
3. El Espíritu Santo ungió a Cristo "para anunciar a los pobres la Buena Nueva" de la instauración del Reino de Dios entre nosotros. La justicia divina nos exige que repartamos los bienes materiales según la Santidad a que hemos sido llamados, por consiguiente, siendo nuestras posesiones bienes enviados por Dios para cubrir nuestras necesidades, no es justo que seamos semejantes al rico Epulón (LC. 16, 19-31), pues más bien, queremos hacer que todos los hombres disfruten los beneficios que Dios nos ha concedido.
Si enfocamos la citada unción del Paráclito con respecto a Cristo recordando el anuncio del Evangelio a los pobres, no hemos de pensar únicamente en la justa distribución de los recursos del planeta, pues también es conveniente que pensemos en los pobres de espíritu, aquellos a los que quizá en alguna ocasión hemos llamado simplones o perdonavidas, pues, en pleno siglo XXI, la inocencia es una virtud muy valorada por Nuestro Hermano y Señor Jesús.
4. Jesús fue ungido por el Espíritu para "anunciar la liberación a los cautivos".
¿Nos habla el Evangelista Lucas de que todas las puertas de las cárceles serán abiertas de par en par para que los presos gocen de libertad, sin que los tales hayan sido redimidos?
La redención de Cristo va más allá de los barrotes de las rejas de las prisiones, pues se refiere a eximirnos del pecado, de nuestros miedos insignificantes, y del desconocimiento del Evangelio que a veces nos inclina a ser fanáticos temerosos del infierno, y no hijos que se gozan por causa del Padre que tanto les ama.
5. Jesús fue ungido por el Espíritu para "dar la vista a los ciegos, y liberar a los oprimidos". En las prisiones, -y fuera de los recintos carcelarios-, hay muchos oprimidos, por consiguiente, mientras unos se oprimen por sus propios errores, aún se tiene en muchos países la costumbre de torturar a los pobres e incultos, por el simple placer de ejecutar crueles venganzas, o, quizá, para desahogar la ira.
6. Jesús fue ungido por el Espíritu para "proclamar un año de gracia del Señor". No es un año de gracia lo que Cristo vino a proclamar, sino, una eternidad de felicidad, pero, si hemos de considerar la dureza de algunas conversiones, sí se puede hablar de un año de gracia y penitencia.
Tras acabar la lectura de las citadas palabras del rollo de Isaías, Jesús cerró el libro, pues no quiso leer las siguientes palabras, referidas a la condenación de los paganos, pues, ya hablaría más adelante de la gehena, para implicarnos en las sendas del amor.
7. "Esta Escritura que habéis oído -dijo Jesús tras cerrar el libro del primero de los Profetas mayores-, se ha cumplido hoy". ¿Qué hubierais pensado al respecto si hubieseis estado en la sinagoga de Nazaret, teniendo el conocimiento que poseéis actualmente, ante la revelación que hizo Jesucristo?
8. Fijaos qué curiosa reacción tuvieron los oyentes de Jesús, cuando este les dijo que no era un héroe nacional que les iba a colmar de bienes materiales, sino que era el Hijo de Dios que iba a hacer para con ellos según fuese tangible la fe de los tales.
¡Cuántas veces le hemos pedido a Dios que se nos manifieste, y no se nos ha pasado por la mente pedirle a Nuestro Padre que nos conceda la ocasión de servirle en los hombres!
¿Hasta cuándo vamos a seguir ocultando nuestra fe, para que quienes nos rodean no se rían de nosotros?
Concluyamos esta meditación de hoy con esta ya emblemática confesión del Apóstol Pedro, y digo emblemática, porque, sin pretenderlo, es uno de los instintivos verbales y espirituales de Trigo de Dios, pan de vida, así como también lo es de otros foros:
"Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo". (José Portillo Pérez. 02/09/2002).
Las palabras pronunciadas por Jesús ante sus convecinos de Nazaret siguen siendo vigentes en nuestros días. Muchas veces nos preguntamos cuál es la causa por la que Dios no se nos revela a todos por igual. Para responder la citada pregunta, muchas veces solemos decir que quizá no todos estamos preparados para aceptar la verdad divina, a veces amable, en algunos casos tan cortante como una espada de doble filo. El Evangelio que estamos meditando me hace pensar que está muy claro el hecho de que todos no estamos dispuestos a aceptar a Dios como la más cierta de nuestras realidades. Había muchas viudas en tiempos de Elías, pero sólo la viuda de Sarepta consiguió el milagro de ser alimentada junto a su hijo, este es el hecho por el cual ella aceptó que el Profeta comiera en su mesa. Había muchos leprosos en tiempos de Eliseo, -servidor y sucesor de Elías-, pero este Profeta sólo pudo curar a Naamán, simplemente porque este sirio fue humilde y obedeció al enviado de Yahveh.
¿Qué nos indican los dos ejemplos citados por Jesús en el Evangelio de hoy?
Jesús nos quiere concienciar con respecto a que los cristianos tenemos que ser humildes y serviciales. Si somos humildes y paliamos las carencias de nuestros semejantes, empezaremos a descubrir la felicidad.
Concluyamos esta meditación del Evangelio diario, pidiéndole a Nuestro Padre y Dios que nos ayude a ser humildes y generosos" (José Portillo Pérez. Lunes III de Cuaresma del año 2003).
joseportilloperez@gmail.com
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