Introduce el texto que quieres buscar.

La Asunción de María justificada con la Biblia en la mano y defensa de la misma ante las denominaciones cristianas que la rechazan. (Meditación para la solemnidad de la Ascensión de María Santísima. 15 de agosto).

   Meditación.

   La Asunción de María justificada con la Biblia en la mano y defensa de la misma ante las denominaciones cristianas que la rechazan.

   ¿Cuáles son las razones por las que los católicos creemos que María fue asunta al cielo? El año 1854, el Papa Pío IX proclamó como verdad de fe indiscutible que María Santísima fue preservada del pecado y de los efectos del mismo a partir del momento de su concepción. El uno de noviembre del año 1950, el Papa Pío XII, en la Constitución apostólica “Munificentissimus Deus”, promulgó “el Dogma de la Asunción de María”. Aunque muchas denominaciones cristianas opositoras del Catolicismo afirman que la Iglesia se inventó este dogma para potenciar el culto idolátrico a María, sabemos que a partir del siglo VI empezó a celebrarse la fiesta de “la Dormición de María”. La Madre de Jesús ha sido muy estimada por los católicos de todos los tiempos, así pues, no nos equivocamos al suponer que Nuestra Señora fue respetada en gran manera a partir de la fundación de la Iglesia, así pues, aunque sabemos que la Madre de Dios y de la Iglesia fue asunta al cielo tres años después de que Jesús nos redimiera, no hemos de hacer un gran esfuerzo para saber que, a pesar de la discriminación de que eran víctimas las mujeres del tiempo en que vivió Nuestra Santa Madre, ella debió aportar su granito de arena para que se difundiera la Iglesia primitiva de Jerusalén, no dando grandes discursos ni haciendo grandes prodigios, sino predicándoles a quienes quisieran oír el mensaje que tenía que comunicarles (HCH. 1, 12-15).

   En estos días, muchos católicos españoles están molestos porque el Gobierno se plantea la posibilidad de quitar los símbolos religiosos de los colegios y de otras instituciones públicas, así pues, los símbolos que para unos son muy importantes, para otros son imágenes violentas o fetiches que conviene eliminar. Este hecho, más que indignarnos a los creyentes, puede hacernos pensar si, a pesar de que el 87 por ciento de la población de los españoles se confiesa católica, si estamos actuando como verdaderos cristianos en el medio en que vivimos. Para responder afirmativa -o negativamente- esta consideración que estamos haciendo, podemos pensar en el avance que están teniendo en mi país otras denominaciones cristianas que están llevándose a su terreno a muchos de nuestros hermanos en la fe que tienen problemas de cualquier índole que les afectan psicológicamente y carecen del conocimiento de la Palabra de Dios.

   Estas son las razones por las que la Iglesia afirma que María fue asunta al cielo, a pesar de que ese hecho no aparece en la Biblia:

   1. Como la Iglesia afirma que María jamás cometió pecado alguno, entiende que no `pudo morir sin resucitar inmediatamente, ya que comprende que la descomposición del cuerpo es la consecuencia de incurrir en el incumplimiento de la voluntad de Nuestro Padre común (ROM. 6, 23). Al no estar sometida a la ley bajo la que perecemos todos los mortales, Nuestra Santa Madre podía entrar en el cielo en cuerpo y alma.

   2. Ya que María es la Madre de Nuestro Señor Jesucristo, entendemos que Él, de la misma forma que se sometió al Padre siendo consustancial a Nuestro Criador por amor, no debió permitir que el cuerpo de la mujer que le dedicó muchos años de su vida y le concedió la existencia y una educación excelente muriera sin resucitarlo.

   3. Como el cuerpo de María fue un tabernáculo consagrado a Jesús, -es decir, como Nuestra Santa Madre permaneció virgen durante los años que se prolongó su vida-, entendemos que su pureza fue tenida en cuenta por Dios para que no sufriera la corrupción de su cuerpo.

   4. María no sólo asistió a la obra redentora de Jesús, sino que participó en la misma de una manera excepcional, ya que su Hijo amado fue asesinado y tenido por pecador, a pesar de que quienes le conocían, independientemente de que le amaran o le despreciaran, sabían perfectamente que Nuestro Señor fue un fiel ejemplo a imitar por todos sus discípulos.

   Los que no aceptan el dogma de la Asunción de Nuestra Señora al cielo, utilizan la Biblia, manipulando la misma, para echar por tierra los argumentos católicos a favor de esta verdad de fe, los cuales se apoyan en la misma Palabra de Dios, así pues, en el Evangelio de San Lucas, leemos (LC. 1, 26-28, y 41-42).

   Como algunos católicos sienten cierto recelo con respecto al Papa y a los Obispos, y no aceptan el dogma de la Asunción de María porque el mismo no aparece en la Biblia, y quizás no saben que ya a partir del siglo IV aparecieron ciertos evangelios apócrifos (no reconocidos por la Iglesia), en los que se hablaba de la Asunción de Nuestra Señora al cielo, estos pueden llegar a interpretar algunos textos bíblicos siguiendo las indicaciones de otras denominaciones cristianas, cuyos adeptos pretenden separarlos de nosotros.

   (HCH. 6, 8). Aunque es fácil distinguir a María Santísima del Diácono San Esteban, muchos argumentan contra el dogma de la Asunción de María que el citado mártir de la fe también estaba lleno de la gracia de Dios, y que la Biblia no dice del mismo por esta causa que fue ascendido al cielo. Estos hermanos de quienes muchos no han sido instruidos en conformidad con la fe católica en el conocimiento de la Biblia, ignoran que en las Sagradas Escrituras no se dice que Esteban participó en la redención de la humanidad ni mucho menos que fue padre de Jesús, así pues, en la Biblia se dice de este Santo que fue un Diácono ejemplar en la vivencia de su fe y en la realización de las actividades que le fueron encomendadas por Dios y los Apóstoles del Mesías.

   (JC. 5, 24). Entendemos que de Yael también se dice en la Biblia que fue bendita de Dios, pero en el texto sagrado no se le atribuyen las cualidades de Nuestra Señora, ni se afirma que esta mujer fue santificada por las causas que nos sirven a los católicos para aceptar como verdadero el dogma de la Asunción de María al cielo.

   (1 PE. 3, 18). Quienes afirman que Jesús fue resucitado con un cuerpo espiritual y no conciben la idea de que está sentado a la derecha del Padre en el cielo, según manifestamos al rezar el Credo para concienciarnos de  que Nuestro Señor intercede ante el Padre por nosotros, afirman que Cristo es un espíritu vivo, ya que en el citado versículo bíblico se dice -según ellos- del Mesías que el Señor resucitó, no como un ser espiritual, sino como un espíritu, es decir, interpretan la Biblia tal como mejor explicitan sus creencias. Cristo resucitó con un cuerpo espiritual, y , decir que está en el cielo sentado a la diestra del Padre, equivale a decir, que ocupa el lugar de honor que mereció, por redimir a la humanidad, así pues, al ser Dios, siempre fue Rey.

   (1 COR. 15, 50). Quienes creen que en el cielo vivirá un grupo selecto de humanos con cuerpo espiritual, los cuales serán cogobernantes con Cristo en el nuevo orden mundial que esperamos, utilizan el citado versículo paulino para decir que María no pudo ser asunta al cielo corporalmente, de manera que interpretan la Biblia tal como favorecen sus creencias, ignorando este otro texto de San Pablo: (1 COR. 15, 45-49).

   De la misma forma que somos partícipes de la naturaleza de Adán, el cual nos sumió en las miserias que caracterizan nuestra vida por la comisión del pecado de origen, seremos transfigurados y configurados según la imagen física y espiritual de Cristo Resucitado al final de los tiempos, así pues, María no sólo fue asunta al cielo por las razones expuestas al principio de esta meditación, pues ella había de ser Nuestra predecesora e intercesora ante el Padre, para pedirle que concluya la plena instauración del Reino mesiánico entre nosotros.

   Las denominaciones cristianas que proclaman constantemente a pesar de las veces que han fallado en sus profecías que el mundo está a punto de extinguirse, afirman que María no pudo ser asunta al cielo, pues ella, los Apóstoles y sus líderes religiosos no habrán de resucitar, hasta que ellos crean que se ha iniciado la cuenta atrás para que se acabe el mundo actual.

José Portillo Pérez
joseportilloperez@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí tus peticiones, sugerencias y críticas constructivas