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La Epifanía o manifestación de Jesús. (Meditación para la fiesta de la Epifanía del Señor).

   Meditación.

   La Epifanía o manifestación de Jesús.

   Origen de la celebración de la Epifanía de Jesús.

   Los antiguos habitantes de Egipto y de Arabia, durante la noche del cinco al seis de enero, celebraban la fiesta pagana del nacimiento del dios Aion, el cual se manifestaba de una manera especial al renacer el sol, pues para ellos el solsticio de invierno acontecía en torno a la citada fecha. En la citada fecha también se celebraban los prodigios del dios Dionisio en favor de sus devotos, el cual, lo mismo que le sucedió a Jesús, fue asesinado y resucitado según quienes creían en él, y se hacía comer por sus creyentes, los cuales celebraban ese significativo hecho en medio de una gran fiesta marcada por los placeres que actualmente caracterizan la Navidad de mucha gente. De la misma forma que los cristianos occidentales comenzaron a celebrar la Navidad el veinticinco de diciembre con la intención de hacer desaparecer los saturnales romanos, los cristianos orientales comenzaron a celebrar la Epifanía del Mesías el seis de enero, con el propósito de cristianizar las celebraciones paganas relacionadas con el culto al sol y al dios Dionisio.

   Los cristianos occidentales empezaron a celebrar la Epifanía del Señor a mediados del siglo IV.

   ¿Qué información hay en la Biblia referente a la Epifanía del Señor? (MT. 2, 1-12).

   Interpretación del anterior texto de San Mateo y enseñanzas que podemos extraer de la fiesta de la Epifanía del Señor.

   -Los Reyes Magos, -los cuales no eran judíos-, representan a los paganos, y a quienes buscan la luz de Dios, porque comprenden que la libertad sin contar con el Mesías se convierte en prisión, la fe en oscuridad y el amor en vacío espiritual. Cuando los cristianos auténticos se encuentran con el Señor, le dan a Nuestro Salvador todo lo que tienen, y se ponen a su servicio. Un ejemplo de ello es San Pablo, el Santo Apóstol de los gentiles, que les escribió a los Filipenses el texto expuesto en FLP. 3, 10-15.

   -Dado que los Reyes Magos no eran hermanos de raza de Jesús, creemos que la estrella que les condujo a la presencia del Mesías es símbolo del Evangelio, la Buena Noticia divina de que Dios, por medio de la Pasión, la muerte y la Resurrección de su Hijo, ha redimido a la humanidad, independientemente de que actualmente sigamos siendo víctimas del dolor y del pecado, y símbolo de la fe que queremos comunicarles a nuestros prójimos los hombres (2 TIM. 1, 9-10).

   -Los Reyes Magos hicieron un gran sacrificio al dejar sus comodidades para aventurarse en el seguimiento de la estrella que los condujo a la presencia del Mesías, así pues, cuando llegaron a Jerusalén, debieron sufrir un golpe duro cuando ni Herodes ni los judíos sabían que había nacido el Rey del Israel espiritual de Dios, pero, a pesar de ello, no renunciaron a la realización de la misión que los condujo a Palestina. Los Reyes Magos son el ejemplo perfecto que deben recordar los que no son capaces de hacer muchas cosas ante el miedo que les produce la posibilidad de fracasar.

   Ya que los predicadores, -independientemente de que seamos religiosos o laicos-, tenemos que llevar a feliz término una empresa muy difícil, si consideramos que el Evangelio es rechazado por la mayor parte de la humanidad, apliquémonos las palabras del Apóstol (2 TIM. 4, 2).

   -Aunque probablemente los Reyes Magos tenían la esperanza de encontrar al Redentor de las naciones en un palacio, no les flaqueó la fe cuando encontraron a Jesús en una casa que sólo podía ser habitada por una familia muy pobre. Este hecho nos enseña a dejar que Dios sea Dios, y no lo que nos convenga en cada momento de nuestras vidas (1 JN. 1, 6-7).

   -De la misma forma que los Reyes Magos le hicieron regalos a Jesús, nosotros, no sólo podemos hacerle regalos al Señor, pues también podemos hacer lo posible para purificar las intenciones que tenemos, para que nuestros dones sean frutos de corazones marcados por el amor y la sinceridad.

   -Podríamos pensar de qué manera ha marcado nuestras vidas (si ello ha sucedido) Nuestro Hermano y Señor Jesús, pues, ya que nos ha redimido, podríamos corresponder su amor predicándoles la Palabra de Dios a nuestros prójimos los hombres.

José Portillo Pérez.
joseportilloperez@gmail.com