2. El Espíritu Santo nos ha revelado que tanto los judíos como los provenientes del paganismo somos portadores de la revelación divina.
Meditación de EF. 3, 2-3A. 5-6.
Cuando San Pablo escribió la Carta a los Efesios, se hayaba en Roma bajo arresto domiciliario. El arresto del citado Apóstol se produjo en Jerusalén, por dos causas, la primera de las cuales consistía en que muchos judíos cristianizados envidiaban su capacidad de liderazgo, y la segunda en que muchos líderes del Judaísmo se sentían presionados por su facilidad de ganar seguidores para Cristo. Los enemigos de San Pablo deseaban que el citado Santo fuera condenado por revelar al pueblo contra Roma, ya que las causas religiosas no eran susceptibles de ser juzgadas por la Ley imperial, pero San Pablo sabía que su caso estaba en las manos de Dios. ¿Somos conscientes de que Dios controla nuestras circunstancias personales y sociales, o creemos que ello escapa a su control?
La administración de la gracia divina que le fue concedida a San Pablo, significa que tenía el deber de actuar como mayordomo de Dios, evangelizando a los gentiles. Si el plan redentor de Dios no se le reveló a toda la humanidad antes de que naciera Nuestro Salvador, ello sucedió porque Dios tiene previsto el tiempo en que ha de llevar a cabo el cumplimiento de su voluntad. Dios ha planeado que ha de llegar el día en que tanto los judíos como los gentiles formemos parte de la Iglesia, que es el Cuerpo místico de Cristo Resucitado. En IS. 49, 6, se revela que los gentiles serían salvados, pero en tiempos del Nuevo Testamento se nos reveló que todos somos iguales, independientemente de que seamos judíos o paganos.
José Portillo Pérez
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En este blog encontraréis meditaciones para crecer a los niveles personal, social y espiritual.