Domingo III del Tiempo Ordinario del Ciclo A.
el Reino de Dios está entre nosotros.
Ejercicio de lectio divina de MT. 4, 12-23.
Lectura introductoria: JER. 23, 29.
1. Oración inicial.
Iniciemos este tiempo de oración y meditación, en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.
R. Amén.
Cuando Jesús oyó que San Juan Bautista estaba en la cárcel, se instaló en Cafarnaúm, -una importante ciudad situada a unos treinta y dos kilómetros de Nazaret-, e inició la predicación, de la plena instauración del Reino de Dios, en el mundo. Ello nos recuerda la necesidad que tenemos de descubrir que hemos nacido para llevar a cabo una misión, independientemente de que consideremos que somos creyentes en Dios. San Juan nos indica en su Evangelio (4, 3), que Jesús se distanció del Bautista para no dar la impresión de que ambos predicadores se hacían la competencia, y, cuando el hijo de Zacarías e Isabel estuvo en la cárcel, porque era necesario que él se empequeñeciera, ya que era Jesús a quien le correspondía ser aceptado como Enviado de Dios (JN. 3, 30), el Señor inició su predicación, en el territorio que en el pasado les correspondió en herencia, a las tribus de Zabulón y Neftalí.
Oremos y meditemos sobre todo lo que podemos hacer en la vida, mientras leemos el texto de ECL. 3, 1-8.
Pensemos si nos ha llegado la hora de cumplir nuestra misión vital, si aún no sabemos cuál es la misma, o si nos estamos disponiendo adecuadamente, para poder llevarla a cabo.
La gran mayoría de los habitantes de Judea, -la región culta, rica y religiosa de Israel-, despreciaban a los habitantes de Cafarnaúm, porque en el pasado se mezclaron con los paganos y adoptaron sus costumbres, y aún insistían en llevar a cabo, prácticas que, para quienes los rechazaban, eran consideradas como pecaminosas. Los cristianos observamos creencias las cuales son consideradas como nuestras Verdades absolutas, pero, al analizar las creencias tanto de los miembros de una iglesia o congregación como del común de denominaciones cristianas, nos damos cuenta de que creemos en muchas verdades diferentes, y de que estamos divididos.
¿Son para nosotros más importantes las ideas que las personas?
¿Hemos aprendido a respetar a quienes no comparten nuestras creencias y a convivir con ellos?
¿Consideramos la diversidad de creencias existente como una acumulación de posibilidades que tenemos para aprender a conocernos y a vivir en armonía, o pensamos que la misma es un peligro que atenta contra la fe que profesamos?
Los judíos que habitaban en tinieblas porque eran despreciados por convivir entre los gentiles, fueron iluminados por la luz del Señor. ¿Pensamos que la luz de Cristo puede iluminar a quienes no comparten nuestras creencias, y a quienes tienen un status social diferente al nuestro?
Jesús nos dice en el Evangelio que consideraremos en este trabajo, que el Reino de los cielos, ha llegado. ¿Creemos este anuncio del Señor? ¿Cómo lo constatamos en la Iglesia de que somos miembros, en la sociedad en que vivimos, y en nuestra vida?
¿Hemos iniciado nuestro proceso de conversión al Señor? ¿Qué significa ello para nosotros?
La conversión y la penitencia tienen el mismo significado, aunque solemos asociar la última con la mortificación. ¿Es para nosotros la conversión un sacrificio, o una entrega a Dios, voluntaria y generosa?
Jesús les dijo a los hermanos Simón y Andrés que lo siguieran, para hacerlos pescadores de hombres. Ambos hermanos no tenían un conocimiento del Señor tan perfecto, como el que adquirieron, durante los años que acompañaron al mesías. Todos los cristianos somos llamados a ser pescadores de hombres. Si esperamos a tener un conocimiento del Señor perfecto antes de llevar a cabo dicho trabajo, jamás lo desempeñaremos, porque nos es imposible ser perfectos.
Simón, Andrés, Santiago y Juan, siguieron a Jesús en el mismo instante en que el Señor los llamó. ¿Hemos adoptado el compromiso de ser seguidores de Jesús? ¿Por qué?
Jesús recorrió las sinagogas de Galilea, predicando el Evangelio, y sanando a los enfermos. ¿Cómo predicamos los cristianos la Palabra de Dios, y ayudamos a exterminar las carencias de la humanidad?
2. Leemos atentamente MT. 4, 12-23, intentando abarcar el mensaje que San Mateo nos transmite en el citado pasaje de su Evangelio.
2-1. Permanecemos en silencio unos minutos, para comprobar si hemos asimilado el pasaje bíblico que estamos considerando.
2-2. Repetimos la lectura del texto dos o tres veces, hasta que podamos asimilarlo, en conformidad con nuestras posibilidades de retener, si no todo el texto, las frases más relevantes del mismo.
3. Meditación de MT. 4, 12-23.
3-1. ¿Por qué escribió San Mateo que Jesús inició a predicar el Evangelio en Cafarnaúm? (MT. 4, 12-13).
Desde el punto de vista científico, dado que San Mateo escribió su Evangelio para hacer que los judíos creyeran en Jesús, tenía que relacionar la vida, el Ministerio, la Pasión, la muerte, la Resurrección, y la glorificación del mesías, con textos del Antiguo Testamento, que sirvieran como profecías, de dichos acontecimientos. Es esta la razón por la que, la primera parte del Evangelio que estamos considerando (MT. 4, 12-17), está profetizada en IS. 8, 23-9, 2.
¿Por qué inició Jesús su Ministerio según San Mateo en Cafarnaúm, y no lo hizo en Nazaret, el pueblo en que creció y fue educado?
1. Es sabido que los judíos vivían en tribus, las cuales se dividían en familias, en las que, cuanto mayor era la edad de los hombres, adquirían un mayor poder, sobre los más jóvenes, las mujeres y los niños. Si, utilizando nuestro vocabulario actual, decimos que Jesús quería ser original, tenía que distanciarse de su familia, y de su tribu. Jesús no podía elegir discípulos de entre sus familiares que fueran mayores que él o tuvieran su misma edad, pues nunca hubiera podido llegar a ser, maestro de los tales. Cuando el Hijo de María buscó seguidores entre gente extraña, es probable que sus parientes se sintieran avergonzados de Él, por no haber contado con ellos, para llevar a cabo su misión.
2. Como Jesús era conocido en Nazaret como un simple trabajador, no podía ser aceptado como Mesías (MT. 13, 54-58), porque existía la creencia de que el Mesías debía surgir entre la realeza, y no entre los burgueses ni los trabajadores humildes.
3. Aunque la actividad de Jesús durante los tres años que predicó el Evangelio se encaminó principalmente al pueblo judío, el Mesías también quiso darse a conocer a los paganos, cuya evangelización les correspondió a sus seguidores, después de que aconteciera su glorificación.
4. Al predicar su mensaje en una ciudad en que convivía gente de diferentes creencias, y al hablar en el idioma de quienes viven solventando las carencias de quienes sufren por diversas causas, Jesús debió tener la esperanza de contar con más recursos de los que le proporcionarían sus hermanos de raza, dado que los fariseos no cesaban de anunciar que el sufrimiento estaba causado por los pecados de quienes padecían, para evitar que sus oyentes socorrieran a los más necesitados, y les dieran el dinero que tuvieran previsto, para socorrer a los pobres, enfermos, ancianos y desamparados. No olvidemos que esta creencia aún existe entre muchos cristianos desgraciadamente.
3-2. La luz y las tinieblas (MT. 4, 14-16).
Dado que existía la creencia de que el Mesías tenía que ser miembro de la alta esfera social, San Mateo vinculó a Jesús con los galileos marginados por vivir en contacto con los paganos. Cuando acaeció el incendio del Templo de Jerusalén y la derrota de la ciudad santa por parte de Roma el año setenta del siglo I, desapareció el partido de los saduceos, y los fariseos lideraron el Judaísmo. Cuando estos alcanzaron el poder, iniciaron una gran presión contra los cristianos, con el fin de dirigir la espiritualidad de todos sus hermanos de raza. San Mateo vinculó a Jesús con los socialmente marginados por cualquier circunstancia, para darles a entender que, aunque se les acusaba de sufrir por causa de sus pecados o las transgresiones de la Ley de Moisés por parte de sus antepasados, la realidad era que Dios no los había abandonado, de lo cual, la Pasión, la muerte, la Resurrección y la glorificación de Jesús, eran pruebas irrefutables.
Los judíos que habitaban en las tinieblas de la marginación social por su contacto con los gentiles, su pobreza, o sus enfermedades, vieron una gran luz (JN. 8, 12). La luz de Jesús amaneció sobre quienes vivían bajo el influjo de la muerte, por cuanto eran considerados rechazados por dios, por causa de sus pecados, o de las transgresiones de la Ley de Israel, que llevaron a cabo, sus antepasados.
¿En qué sentido es significativa la luz de Jesús para nosotros?
3-3. La conversión y la llegada del Reino de Dios al mundo (MT. 4, 17).
3-3-1. La conversión.
¿Por qué habla San Mateo en su Evangelio del Reino de los Cielos, mientras que San Marcos y San Lucas, hablan en sus Evangelios, del Reino de Dios? Para responder la pregunta que nos hemos planteado, debemos volver a recordar que San Mateo era judío, y escribió su Evangelio para lectores de su raza, que no pronunciaban el Nombre de Dios, porque lo reverenciaban profundamente. La negativa de los judíos a pronunciar el Nombre divino, ha sido usada, para que los cristianos llamemos a Dios, utilizando diferentes nombres. Es esta la razón por la que unos cristianos llaman a Nuestro Padre celestial "Yahveh", y otros "jehová", sin tener en cuenta que, para que el "Tetragramaton" (YHWH) fuera pronunciable, se le añadió las letras "e", "o" y "a" de "Edonay", que se traduce como "mi Señor", de donde proviene la palabra "Jehová".
Dado que porque no somos perfectos tenemos la posibilidad de ser mejores personas, siempre podemos fijarnos metas, con el fin de superarnos a nosotros mismos. En el caso de los cristianos, la conversión, -es decir, el fiel seguimiento de Jesús, actuando tal como lo haría el Hijo de Dios y María en nuestras circunstancias, en cuanto ello nos sea posible-, es una gran meta a alcanzar.
¿Debemos eliminar nuestro yo los cristianos, con el fin de asimilarnos a Jesús? Para Sigmund Freud, el ego es una instancia psíquica consciente reconocida como yo, que se encarga de la identidad personal y las relaciones mantenidas con el medio, controladora de nuestros movimientos complejos y coordinados (motilidad), y mediadora entre los instintos de la fuente inconsciente de nuestra energía psíquica, contenedora de la totalidad de los instintos reprimidos, que solo se rige por el principio del placer (el ello), y los ideales de la parte inconsciente del yo que se observa, se juzga y trata de imponerse a sí mismo, siguiendo las referencias de las demandas de un yo idealizado (el superyó), y la realidad del mundo externo. Dado que el egoísmo es un amor no moderado y excesivo hacia sí mismo, que hace atender exclusivamente los intereses personales, y descuidarse de los demás, hay cristianos que piensan que para convertirnos al Señor debemos renunciar a nuestro ego, mientras que otros piensan que, dada nuestra imperfección, solo podremos asemejarnos al Mesías, en la medida que nos sea posible, mientras aguardamos la llegada del día en que, el Señor, concluya su obra en nosotros.
3-3-2. La llegada del Reino de Dios al mundo.
¿Qué es el Reino de los Cielos -o de Dios-? Dado que este trabajo será leído por cristianos de diferentes denominaciones, para unos el Reino de Dios será la Iglesia a que pertenecen, para otros será el mismo Jesús por cuanto considerarán que llamar Reino celestial a una iglesia imperfecta es pecar de soberbia, y otros considerarán que todos hemos sido llamados a formar parte de la sociedad a que pertenecemos, la cuál puede ser perfeccionada, y llegar a ser el Reino de Dios, según ayudemos a exterminar las carencias de nuestros prójimos los hombres, según las posibilidades que tengamos para llevar a cabo tan magno propósito, en cada momento de nuestra vida.
¿Cómo podemos poner nuestra vida al servicio del Reino de dios? Actuemos tal como lo haría Jesús si viviera nuestras circunstancias, y tuviera las oportunidades de hacer el bien que tengamos, en cuanto ello nos sea posible.
3-4. Jesús nos invita a ser pescadores de hombres (MT. 4, 18-20).
Jesús invitó a los hermanos Pedro y Andrés a que dejaran su negocio de pesca, para dedicarse a ser pescadores de hombres. Este no fue el primer encuentro que ambos hermanos mantuvieron con Jesús. Mientras que muchos cristianos se dedican exclusivamente a llevar a cabo la obra de Dios, la gran mayoría de quienes nos consideramos seguidores de Jesús, podemos emplear parte de nuestro tiempo, energía y medios, para ser pescadores de hombres. No somos invitados a pescar y a alimentarnos de nuestras víctimas, sino a pescar peces vivos con la red figurativa de la Iglesia para darles una vida mejor, así pues, recordemos que, para los católicos, la Iglesia a que pertenecen, es conocida, como la barca de San Pedro.
3-5. Jesús nos invita a seguirlo cuando nos ocupamos en nuestras actividades ordinarias (MT. 4, 21-22).
Santiago y Juan estaban reparando las redes de la barca en que trabajaban con su padre, cuando recibieron la invitación de Jesús a seguirlo. Tal como anteriormente lo hicieron Simón Pedro y Andrés, Santiago y Juan siguieron a Jesús instantáneamente, sin intentar excusarse. Mientras que los intérpretes bíblicos se debaten entre la posibilidad de que dichos pescadores se hicieran discípulos de Jesús gradualmente, y el hecho de que quizás siguieron al Mesías como si hubieran sido llamados al apostolado en la ocasión que estamos recordando, pensemos en cómo es nuestro seguimiento de Jesús, y si queremos y podemos mejorar la calidad de las actividades que realizamos en la viña del Señor, y la calidez de nuestras relaciones, con creyentes y no creyentes.
3-6. ¿Qué decía y hacía Jesús para ganar almas para el cielo? (MT. 4, 23).
Jesús predicaba el Evangelio, enseñaba la Palabra de Dios, y sanaba las enfermedades físicas y psíquicas. Aunque estos fueron los aspectos más notables del Ministerio público del Señor, no debemos olvidar que acostumbraba ayudar a los pobres (JN. 13, 29).
¿Cómo continuamos los cristianos la realización de la obra de Jesús?
¿En qué aspectos podemos mejorar el trabajo que llevamos a cabo en la viña del Señor?
3-7. Si hacemos este ejercicio de lectio divina en grupos, nos dividimos en pequeños subgrupos para sacar conclusiones tanto del texto bíblico que hemos meditado como de la reflexión que hemos hecho del mismo, y, finalmente, los portavoces de los subgrupos, hacen una puesta en común, de las conclusiones a que han llegado todos los grupos, tras la cual se hace silencio durante unos minutos, para que los participantes mediten sobre lo leído y hablado en los grupos, individualmente.
3-8. Si hacemos este ejercicio individualmente, consideramos el texto evangélico y la meditación del mismo expuesta en este trabajo en silencio, con el fin de asimilarlos.
4. Apliquemos la Palabra de Dios expuesta en MT. 4, 12-23 a nuestra vida.
Respondemos las siguientes preguntas, ayudándonos del Evangelio que hemos meditado, y de la consideración que aparece en el apartado 3 de este trabajo.
3-1.
1. ¿Por qué relacionó San Mateo la primera parte del Evangelio que hemos considerado con el texto de IS. 8, 23-9, 2?
2. ¿Por qué inició Jesús su Ministerio según San Mateo en Cafarnaúm, y no lo hizo en Nazaret, el pueblo en que creció y fue educado?
3. ¿Por qué se vio Jesús obligado a distanciarse de los miembros de su tribu y de su familia para escoger a sus futuros Apóstoles?
4. ¿Por qué es probable que bastantes familiares de Jesús se sintieran avergonzados del Señor?
5. ¿Por qué tuvo Jesús problemas para ser aceptado como Mesías en Israel, los cuales se hicieron más notables en Nazaret?
6. ¿Por qué promovían los fariseos el pensamiento de que el sufrimiento era consecuente de los pecados personales y de las transgresiones de la Ley de los antepasados?
7. ¿Son nuestros problemas causas de nuestra condición pecadora? ¿Por qué?
8. ¿Piensas que los cristianos discapacitados deben predicar en las iglesias, o deben permanecer entre los asistentes a las celebraciones cultuales, para que nadie de entre los tales piense que los líderes religiosos y sus colaboradores abusan de los tales?
3-2.
9. ¿Por qué vinculó San Mateo a Jesús con los galileos socialmente marginados por los habitantes de Judea porque vivían en contacto con los paganos?
10. ¿Qué les sucedió a los fariseos cuando se extinguió el partido de los grandes terratenientes?
11. ¿Qué les hicieron los fariseos a los cristianos cuando se sintieron poderosos? ¿Por qué?
12. ¿Por qué han existido muchos cristianos antisemitas a lo largo de los últimos veinte siglos?
13. ¿De qué era una prueba irrefutable para los marginados de Israel la Pasión, la muerte, la Resurrección y la glorificación de Jesús?
14. ¿En qué sentido es significativa la luz de Jesús para nosotros?
3-3.
3-3-1.
15. ¿Por qué habla San Mateo en su Evangelio del Reino de los Cielos, mientras que San Marcos y San Lucas, hablan en sus Evangelios, del Reino de Dios?
16. ¿Por qué no pronunciaban los judíos el Nombre de dios?
17. ¿Qué hemos hecho los cristianos con la negativa de los judíos a pronunciar el Nombre divino?
18. ¿Cuál es el verdadero Nombre de Dios?
19. ¿Cuáles son los Nombres de Dios más utilizados en la biblia?
20. ¿Por qué podemos fijarnos metas con el fin de superarnos a nosotros mismos?
21. ¿Qué es para los cristianos la conversión?
22. ¿Debemos eliminar nuestro yo los cristianos, con el fin de asimilarnos a Jesús?
23. ¿Puedes definir lo que es el ego, la motilidad, el ello y el superyó, según Sigmund Freud?
24. ¿Por qué piensan muchos cristianos que para convertirnos al Señor debemos renunciar a nuestro ego?
25. ¿Por qué no podemos asemejarnos al Mesías en la actualidad?
26. ¿Cuándo podremos ser como Jesús?
3-3-2.
27. ¿Qué es el Reino de los Cielos -o de Dios-?
28. ¿Es la Iglesia a que pertenecemos el Reino de dios? ¿Por qué?
29. ¿Por qué se dice entre los católicos que la Iglesia a que pertenecen es germen del Reino de Dios? (CIC. n. 541).
30. ¿Por qué piensan muchos cristianos que el Reino de Dios es la Persona de Jesús?
31. ¿Cómo puede la tierra llegar a ser el Reino de Dios?
32. ¿Cómo podemos poner nuestra vida al servicio del Reino de Dios?
3-4.
33. ¿Por qué invitó Jesús a Simón Pedro y a su hermano Andrés a ser pescadores de hombres?
34. ¿Por qué dejaron ambos hermanos su trabajo y se separaron de sus familiares para seguir a Jesús?
35. ¿Por qué hemos sido llamados a pescar hombres vivos por Jesús?
36. ¿Cuál es el simbolismo de la red y de la barca de San Pedro?
3-5.
36. ¿Qué estaban haciendo los hijos de Zebedeo cuando Jesús los invitó a seguirlo?
37. ¿Cómo seguimos a Jesús?
38. ¿Podemos mejorar la calidad del trabajo que llevamos a cabo en la viña del Señor, y la calidez de las relaciones que mantenemos, con creyentes y no creyentes?
3-6.
39. ¿Por qué predicaba Jesús el Evangelio, enseñaba la Palabra de dios, y sanaba las enfermedades físicas y psíquicas?
40. ¿Cómo continuamos los cristianos la realización de la obra de Jesús?
41. ¿En qué aspectos podemos mejorar el trabajo que llevamos a cabo en la viña del Señor?
7. Hagamos un compromiso que nos impulse a vivir las enseñanzas que hemos extraído de la Palabra de Dios, expuesta en MT. 4, 12-23.
Comprometámonos a orar por la unidad de los cristianos, no solo en esta semana en que oramos especialmente por tal motivo, sino, durante todo el año.
Escribamos nuestro compromiso para recordarlo constantemente, y, según lo cumplamos, aumentará nuestro amor a Dios, y a sus hijos los hombres.
8. Oración personal.
Después de hacer unos minutos de silencio, expresamos verbalmente lo que pensamos, con respecto al texto bíblico que hemos considerado, y a la reflexión del mismo que hemos hecho.
Ejemplo de oración personal:
Señor Jesús:
Porque eres la luz del mundo que exterminas nuestras tinieblas cuando te confiamos nuestra vida, ilumínanos para que te conozcamos, practiquemos tus enseñanzas, y conozcamos el arte de la oración.
Porque el Reino de Dios está entre nosotros (LC. 17, 21), haznos miembros del mismo, para que seamos dignos de vivir, en la presencia de Nuestro Padre común.
Gracias por oír nuestras oraciones, y concedernos lo que te pedimos, cuando nos disponemos a ser, tus fieles hermanos.
9. Oración final.
Leamos y meditemos el Salmo 19, glorificando al Dios Uno y Trino.
José Portillo Pérez espera peticiones, sugerencias y críticas constructivas, en
joseportilloperez@gmail.com